El viernes pasado un amigo de mi familia que tiene un programa radial , sacó una reflexión sobre la nostalgia. Y me identifiqué mucho con las dos cosas que para el representaban nostalgia: la niñez en compañía de sus padres y el pasado, específicamente la época de arribo de inmigrantes pioneros a la Argentina.
Coincido plenamente en que la niñez es algo que uno añora, mas cuando ha sido como en mi caso un mundo libre de preocupaciones y plenamente feliz. Me trae el recuerdo de las mañanas del campo en pleno invierno con los pastos blancos cubiertos de helada. Tardecitas de verano, cálidas y con miles de luciérnagas en el aire cargado de los olores de cosecha. La ansiedad por aquellos días especiales, en los que deseaba abrir regalos. Mis miedos también, tenía un temor pavoroso de Juleman o Papá Noel: recuerdo aquella Fiesta de Navidad en el Club Danés de Orense, fue la primera y última vez que me llevaron, se imaginarán por qué. Las fiestas escolares en "La Salteña", mi querida escuelita al costado de la ruta 228, eran tan lindas.
Y mi nostalgia por el pasado, por aquello que no viví es bastante amplia, pero me limitaré a los trenes. Siempre que vamos a Nuestros Pagos, hacemos el trayecto San Cayetano a la La Dulce por el camino de tierra. Y generalmente a la par del camino principal se presenta la elevación característica de las vías del ferrocarril, que desde hace años, antes de que yo naciera ya no se usan. En el pasado viaje a principios de agosto, viajamos de Lobería a La Dulce, es decir que hicimos el tramo anterior, que pasa por la antigua estación Don José, que se encuentra en estado similar a Deferrari. Pienso y lo digo con el mayor respeto y con todo mi cariño a mi amado partido, que si en el diccionario pudiéramos buscar la definición de pueblo fantasma sería Deferrari. Se me parte el corazón de ver los viejos galpones de trenes abandonados, como también las casas de los empleados ferroviarios, por no hablar de todo aquello que pudo haberse beneficiado económicamente con la llegada del tren.
Pienso en Cristiano Muerto, con su orgulloso Hotel Argentino. Hoy día pensar en Cristiano con hotel da risa, pero lo tuvo, y funcionó. Recuerdo que en época de inundaciones, cuando el camino quedaba intransitable, íbamos en el auto sobre la elevación de la vía, en lo que ahora es la ruta 72 que une la ruta 228 con Orense.
Qué pasó con los trenes? Me gustaría tanto haber visto esa época. Es posible que mi familia al llegar haya pasado por esos lugares hasta finalmente bajar en Coronel Dorrego, Tres Arroyos, Tandil, y han visto la belleza de nuestra Pampa húmeda, pasado por los puentes de los innumerables arroyos que contribuyen a que sea una tierra rica, verde.
Y debo decir que una de las cosas que me da nostalgia y que añoro profundamente es mi tierra.
Quise compartir este desvelo con Uds, no soy de poner cosas ajenas al propósito original del blog.
Hoy festejamos el Día del Niño en Argentina, muchas felicidades a todos los niños, que pasen un bello día.
Muchas gracias a quienes me visitan, a quienes me dejan su comentario.
Besos, Lía
Lía, más que acorde reflexión. Después de todo tratándose del Día del Niño lo mínimo es recordar la propia infancia y añorar esas cosas que le despiertan nostalgia. Después de todo la nostalgia es el dolor del regreso, y en esa añoranza te acompaño. Un gran abrazo linda y qué lindo leer tus reflexiones y los engranajes con tu tierra. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesitos y lindo domingo.
que lindo lo que contas Lia, es verdad que la infancia es una de las cosas que siendo grandes, añoramos, eran otras epocas )parezco ansiana= pero es verdad, por lo menos hoy, teniendo a mi hijas veo con nostalgia tiempos en los que jugabamos afuera sin problemas, que andabamos en bici sin temos a que nos pase algo, el barrio era barrio y seguro, hoy las cosas cambian, pero es cuestion de adaptarnos, es triste.
ResponderEliminarfeliz dia para tu gordo y para vos tambien.ç
besote grande
Pues, Lía, a mí en lo personal me encantan estas historias que complementan tu blog, porque así conosco mejor a mis amigas, y no solo, es tan lindo leer cosas como esas. Ya me entiendes, no? Acabo de dejar irse mi tío y la nostalgía es tremenda!! Pero lo que escribes con respecto a tu familia es espectacular, que maravilloso es descubrir raíces y trayectos, trazas y trocitos de tu vida, todo eso me llevó a cerrar los ojos y ver también mi infancia bella como era exacto sin peligros ni preocupaciones, libre y felíz. Gracias amiga, es precioso lo que nos regalas, nunca dejes de hacerlo (solo cuando tengas muchas cositas de bordar o confeccionar, jejeje) Besotes!! Pasa una linda semanita!
ResponderEliminarhola Lía: pues bueno aunque no conozca la geografía de tu región, creo que compartimos algunas cosas importantes en nuestra querida América, en mi niñez usé los trenes, que paseos, fueron inolvidables, luego por cuestiones políticas fueron eliminados, y como ya somos tantos en el gran área metropolitana, nos pusieron restricción de placa para los automóviles, entonces la solución fue volver a usar los trenes, estamos en ese proceso, ya existen unas pocas rutas, pero pienso en todo el beneficio que nos traerá al país. Así que tus nostalgias son muy válidas!!!
ResponderEliminarFeliz semana.
Ale
Costa Rica