Como prometí, no dejé pasar mucho tiempo, en realidad esto se corresponde a la época en que dejé el blog. Fue un trabajo accidentado: un tijeretazo de más me hizo dejarlo a un lado por un tiempo. A veces cuando uno se enoja, cuando algo no sale como queremos lo mejor es guardar, esperar y cuando tenemos un poco más de claridad retomarlo para ver de qué manera lo podemos solucionar, y como está a la vista SE PUEDE arreglar. Tal vez no esta de la manera que lo visualicé en el patrón y como me lo imaginé terminado. Primero conté mal, el hardanger tiene eso que me embola: contar, contar, contar, y si, la pifié y me quedó más chico, y después uno se entusiasma cortando y bué.
Un beso grande, las espero.